Rompiendo Barreras en la Innovación: Mujeres que Transforman el Futuro

El pasado 23 de febrero, el I Congreso Mujeres y Tecnología, celebrado en el Auditorio de la Diputación de Alicante y organizado por AEPA con la colaboración de la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI) y el Banco Sabadell, marcó un hito al reunir a voces femeninas que lideran el cambio en el sector tecnológico. Este evento no solo sirvió como escaparate para los logros alcanzados por mujeres en la innovación tecnológica, sino también como un espacio para reflexionar sobre los desafíos que aún quedan por superar en un mundo donde la brecha de género sigue siendo evidente.

La historia de la tecnología cuenta con nombres femeninos de enorme relevancia, como Ada Lovelace, considerada la primera programadora de la historia, o Hedy Lamarr, cuyo trabajo fue precursor del Wi-Fi y el Bluetooth. No obstante, estas figuras han permanecido en las sombras durante décadas, invisibilizadas en un ámbito que ha favorecido la narrativa masculina. El Congreso subrayó que, aunque hemos avanzado, los obstáculos estructurales y culturales que enfrentan las mujeres en este campo todavía son significativos.

Hoy, las mujeres constituyen apenas el 28% de los investigadores a nivel mundial, según datos de la UNESCO. Las barreras no solo son evidentes en la falta de acceso y representación, sino también en los estereotipos que siguen condicionando las aspiraciones de niñas y jóvenes. En el Congreso, destacaron intervenciones de mujeres líderes en inteligencia artificial, robótica y ciberseguridad, quienes compartieron historias de resiliencia y creatividad, demostrando que la innovación tecnológica necesita diversidad para prosperar.

Sin embargo, el camino por recorrer es largo. Durante las mesas redondas, se enfatizó que romper estas barreras requiere un enfoque integral que abarque desde la educación temprana hasta políticas públicas que impulsen la equidad de género. Programas de mentoría, redes de apoyo profesional y modelos de liderazgo inclusivo se destacaron como herramientas esenciales para empoderar a las mujeres en la tecnología.

El Congreso también dejó claro que no se trata solo de igualdad; se trata de competitividad y sostenibilidad. La tecnología, como motor de la economía global, pierde potencial cuando excluye a la mitad de la población. Si queremos construir un futuro innovador y justo, es imperativo crear un ecosistema en el que las mujeres no solo participen, sino que lideren.

El evento no solo fue un espacio de debate, sino un llamado a la acción. En palabras de una de las ponentes, «innovar no es solo crear algo nuevo, es hacerlo accesible para todos». Y en ese desafío, la perspectiva femenina tiene mucho que aportar.

El legado del I Congreso Mujeres y Tecnología no terminó en febrero. Al contrario, dejó plantada la semilla de un cambio que debe crecer con la colaboración de instituciones, empresas y sociedad civil. Solo así lograremos cerrar la brecha de género y asegurar que la tecnología sea verdaderamente un reflejo de la humanidad en su totalidad.

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