El liderazgo no se mide únicamente por los éxitos alcanzados o los objetivos cumplidos. En un mundo empresarial cada vez más exigente, el cuidado de la salud, tanto la propia como la de los equipos, es una dimensión esencial del liderazgo humanista y responsable. Es un tema que, más que nunca, debe estar en el centro de las agendas empresariales.
El pasado 15 de octubre, desde AEPA, Mujeres por la Igualdad y la Fundación Transformación Social y Humana, con el respaldo de Caja Rural Central, dimos un paso adelante organizando la jornada «Prevención del Estrés Cardiovascular en Empresarias». El encuentro, protagonizado por el Dr. Miguel Ángel Santos Gastón, pionero en España en el uso de células madre para tratar patologías cardiovasculares, fue un espacio de aprendizaje imprescindible para entender los riesgos del estrés crónico en el entorno empresarial, especialmente en lo que respecta a nuestra salud cardiovascular.
Y es que las cifras son alarmantes: más del 40% de las muertes en España están vinculadas a enfermedades cardiovasculares. En mujeres mayores de 50 años, el ictus ocupa el segundo lugar como causa de fallecimiento. Este escenario cobra una gravedad adicional si consideramos que el estrés crónico, tan habitual en los ambientes laborales, actúa como un catalizador de estas afecciones. En otras palabras, el estrés, muchas veces normalizado como «parte del trabajo», es una bomba de relojería para nuestra salud.
Sin embargo, lo más importante es que estos riesgos no son inevitables. Existen estrategias y herramientas de prevención que pueden marcar la diferencia. El liderazgo efectivo no solo debe enfocarse en garantizar un desempeño óptimo, sino también en fomentar entornos laborales saludables, donde el bienestar físico y emocional sea una prioridad. Esto no solo beneficia a las personas, sino que refuerza la sostenibilidad de las organizaciones, incrementa la productividad y crea equipos más cohesionados.
El evento dejó claro que cuidar la salud del equipo no es una opción, es un deber. Implementar medidas de prevención, fomentar hábitos saludables y liderar con empatía son acciones que generan un impacto profundo y duradero. Y aquí está la clave: ser líder no significa solo dirigir proyectos o cumplir metas; significa inspirar, proteger y crear espacios donde todos puedan prosperar.
¿Te has detenido a pensar cómo el estrés afecta a tu salud o a la de quienes te rodean en el trabajo? Es momento de actuar. Descubre más sobre cómo proteger tu bienestar y el de tu equipo, porque liderar con corazón es el único camino hacia un futuro empresarial realmente sostenible.
Deja tu comentario